Fecha: 17 de Febrero de 2023
Bisuteria tradicional, artesanal y ecológoca.
SEMILLA DE TAGUA, MARFIL VEGETAL.
Como latinoamericana que soy (nací en Chile), soy una apasionada de las artesanías tradicionales de los países de América del Sur.
Desde niña tengo recuerdos, entre muchos, de los mercados de mi país con mantas negras, rojas y blancas de los mapuche; de las huchas de greda con forma de chanchitos (cerditos) de un pueblo de barro llamado Pomaire o de los delicados copihues (flor nacional) tejidos con crin de caballo...
Con nostalgia pienso que muchas de esas valiosas labores van desapareciendo. Los y las artesanas van cumpliendo años y no siempre cuentan con un relevo para transmitir su arte, se van apagando como pequeñas lucecitas que dejan de alumbrar.
Diferente es la historia de las artesanías hechas con el llamado “marfil vegetal” o semillas de Tagua. En los bosques tropicales de Colombia, Ecuador y Panamá, crece una palmera endémica de la familia Arecaceae cuya semilla pulida es blanca y resistente, ideal para la talla y que además acepta los tintes de colores de manera eficaz.
Los orígenes de la exportación de productos de tagua, especialmente a Europa y norte América, los encontramos en los inicios del siglo pasado principalmente en la producción de botones. Se estima que, en 1920, un 20% de los botones utilizados en los Estados Unidos eran hechos de tagua. Finalmente esa industria sufrió un gran retroceso después de la segunda guerra mundial, cuando el plástico remplazó casi totalmente esta noble materia prima.
Pero lo interesante es que los artesanos de la Tagua han sabido sobrevivir hasta el día de hoy y mantienen su labor en pequeños talleres familiares, comerciando en mercados y haciendo de su producto una seña de identidad local para vender preciosos recuerdos a los turistas; pero también, van más allá y tienen algunas eficientes redes de importación que llevan sus productos a Estados unidos, Canadá y Europa.
En este punto, entro yo. Conozco a esas personas que son de allí, viven aquí y trabajan haciendo ferias internacionales vendiendo productos de artesanía de semillas de Tagua por el mundo. Se los compro para formar parte de una red alternativa, orgullosa de aportar mi granito de arena para mantener viva una forma de vida local que busca su sitio en el inmenso e impersonal mundo de la industria.
Pero, es que además, sus productos son ecológicos en cuanto a que son una alternativa limpia al plástico y a que para la recolección de las semillas, no es necesario talar el árbol, por el contrario, los artesanos se afanan en mantenerlos sanos y fuertes lo que indudablemente es un beneficio para conservar su entorno y el medio ambiente.