LA HUELLA DEL COMERCIO
Llevo muchos años detrás de un mostrador.
Me he dado cuenta que hay cosas que han cambiado y otras que defendemos activamente para intentar que no cambien nunca, por ejemplo, que no cambie el trato amable ni la confianza entre el comprador y el vendedor que está ahí para atenderlo.
Sin embargo, soy consciente, también como consumidora, que en la actualidad, cada vez más buscamos un valor añadido a los productos de un comercio.
Personalmente desde siempre me interesó la artesanía o producción a pequeña escala, pero hoy podemos agregar conceptos como reciclaje, economía circular o huella climática…algo que cada vez nos resulta menos desconocido.
En esta línea, dos son las cosas que me he propuesto.
Por una parte, he ido agregando poco a poco algunos productos que cumplan esas primicias en el catálogo de la tienda. Es el caso de los fulares hechos con telas de saris reciclados, los bolsos de Soruka con la utilización de pieles desechadas, ponchos mexicanos tejidos con hilos hechos a partir ropa usada, o la bisutería de Mondo Manzana hecha por una artesana asturiana con los restos orgánicos obtenidos del proceso de producción de sidra: la magaya.
Y por otro lado, todos los envíos de las compras online los preparo con cartones reutilizados y envueltos en papel, casi nada (porque nada aún es imposible) de plástico. Fácil de reciclar, basta con que el destinatario le dedique algo de tiempo y lo deposite en el contenedor azul.
Son granitos de arena…y que no dejemos de sumar!